No le daba la gana de venderse por algunos sucios billetes, así que se vendió por muchos. No sería uno más en el estercolero de la historia, porque la historia se escribe después y es ahora que él quiere apestar a mierda. Con el pedazo de tierra que le regalen hará un aquelarre de placeres, de orgías desenfrenadas cuya disoluta fama recorra el mundo atrayendo más espíritus viciosos como abejas en la miel, o moscas en la mierda. Solo después, cuando inconciente lo vean yacer, podrán llevarle a rehabilitación, si es que no ha muerto.
Mi perdición es un imperativo, desde hace tiempo busco la llama corruptora que en su torbellino me devore, por lo que desde ahora, le consedo mi casa al disoluto--solo las ruinas deja, amigo, "como ejemplo de belleza para los hombres venideros", como dijera Shakespeare. No harémos nada, amigo, que no hiciera cualquiera en este modo de vida que llevamos, no seremos acaso un simple átomo de la destructiva civilización que nos rodea, acabando su propio planeta en medio de una locura suicida? Adelante pues.